Hoy abrí mi casilla de correo y me encontré con el siguiente mail (no pongo el nombre pero es mi ex):
"Hola Elena, me entere que andas con dificultades, se que quizas seria yo la ultima persona a la cual recurririas pero si te puedo ayudar en algo estoy saludos"
Lo último que pensé es que me iba a mandar un mail ofreciéndome ayuda después de todas las cosas que le había dicho sobre lo que opinaba de él. Y como sigo opinando lo mismo, la verdad es que no le pediría ayuda ni aunque fuera la última persona en el planeta Tierra.
Ustedes quizás pensarán que soy un poco cruel... o bastante. Lo cierto es que cómo puedo confiar en alguien que me ilusionó por casi 5 años y de un día para el otro terminó todo (porque fue así, la noche anterior estaba todo más que bien). El otro día recordaba que habíamos llegado a hablar de la comida y el lugar de nuestra hipotética fiesta de casamiento. El día que quise hablar con él porque pensé que quizás podíamos solucionarlo y seguir adelante, ni siquiera permitió que nos viéramos, asi que tuve que decirle las cosas por teléfono... impresentable.
Con el mal concepto que tengo de él y el mal concepto que tiene mi entorno de él como persona y profesional, llegué a la conclusión de que ni voy a pedirle ayuda, ni voy a agradecerle el mail, ni voy a gastarme en mandarlo "lejos". Se los cuento a ustedes porque me hace bien y nada más.
28/1/11
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